Terapia dirigida contra el cáncer
La terapia dirigida es un tipo especial de tratamiento contra el cáncer. Consiste en utilizar medicamentos distintos a los de los tratamientos convencionales de quimioterapia. La quimioterapia convencional destruye las células que crecen con rapidez. Las células cancerosas crecen rápido, pero también lo hacen las células normales. Como resultado, pueden producirse efectos secundarios con la quimioterapia porque se dañan las células normales.
La terapia dirigida utiliza medicamentos muy específicos. Se dirigen a determinados cambios genéticos, proteínas y otras dianas de la célula cancerosa. Así, limitan el daño a las células normales y sanas. Por este motivo, la terapia dirigida puede causar menos efectos secundarios.
Hay muchos tipos de medicamentos de terapia dirigida. Estos actúan de manera distinta en diferentes tipos de cáncer. No todos los tipos de cáncer tienen terapias dirigidas. Sin embargo, los investigadores están estudiando y desarrollando nuevas terapias dirigidas para muchos tipos de cáncer en ensayos clínicos.
¿Cómo actúa la terapia dirigida?
Los medicamentos para la terapia dirigida actúan de diferentes maneras. El tipo de medicamento que se administre y sus efectos dependen del tipo de cáncer que se está tratando. Algunos medicamentos ayudan al cuerpo a atacar células cancerosas. Otros, cambian o retardan el crecimiento de células cancerosas. La terapia dirigida puede administrarse sola o bien junto con cirugía, quimioterapia o radioterapia.
¿Cómo se administra la terapia dirigida?
Los medicamentos de terapia dirigida se pueden administrar en forma de pastillas que se toman por la boca y se tragan. También puede administrarse como inyección. O bien, puede administrarse lentamente mediante una sonda pequeña (vía intravenosa) que se coloca en una vena del brazo o de la mano. Se puede hacer en el hogar. También se puede hacer en el consultorio de un proveedor de atención médica, en una clínica o en un hospital. La duración puede variar. Depende del tipo de medicamento y de su forma de administración. Los tratamientos podrían administrarse a diario, semanalmente o cada varias semanas.
Efectos secundarios de la terapia dirigida
Los medicamentos para tratar el cáncer suelen provocar efectos secundarios. Los efectos secundarios varían dependiendo del medicamento que se use. La mayoría de los efectos secundarios son a corto plazo. Suelen desaparecer alrededor de un mes después de finalizado el tratamiento. Los siguientes son los efectos secundarios más comunes:
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Problemas de la piel. Puede aparecer un sarpullido en la cabeza, en la cara y en la parte superior del cuerpo. La piel de alrededor puede estar caliente y enrojecida. Podrían formarse granos parecidos al acné en la piel. La piel podría resecarse y agrietarse. Puede causar comezón, ardor o sensibilidad al tacto. Es posible que tenga una coloración amarillenta. Podrían formarse úlceras en el cuero cabelludo. Las palmas de las manos y las plantas de los pies podrían hincharse, enrojecer y provocar dolor. Pueden producirse síntomas como dolor, entumecimiento, enrojecimiento, hinchazón y formación de ampollas. Los párpados pueden doler e hincharse o causar picazón. Pueden doblarse hacia adentro o hacia fuera. También las cutículas pueden enrojecer y causar dolor.
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Problemas en los vasos sanguíneos. Estos pueden incluir presión arterial alta y coágulos de sangre. También es posible que tenga sangrado, formación de moretones y mala cicatrización de heridas. En algunas personas, estos efectos pueden provocar complicaciones graves que requieran tratamiento.
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Problemas digestivos. Estos pueden incluir náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Los problemas digestivos también pueden causar deshidratación.
En casos poco frecuentes, la terapia dirigida puede hacer que el pelo se vuelva más fino y muy seco. Es posible que se parta con más facilidad. Podría caerse el pelo del cuero cabelludo y originar calvicie en ciertos lugares. También es posible que el pelo se encrespe. El nuevo pelo que crece durante el tratamiento podría ser más oscuro. El vello facial podría crecer más rápido o volverse más fino. Las uñas de las manos y los pies pueden debilitarse y romperse con facilidad. O incluso desprenderse de la piel. Estos son efectos secundarios poco frecuentes de la terapia dirigida.
Control de los efectos secundarios
La mayoría de los efectos secundarios de la terapia dirigida desaparecen una vez que finaliza el tratamiento. Usted puede ayudar a controlar los efectos secundarios durante el tratamiento. Esto puede ayudarlo a estar más cómodo. Informe a su equipo de atención médica en cuanto tenga efectos secundarios. Consúlteles cómo controlar sus efectos secundarios. Podría ser necesario suspender el tratamiento durante un tiempo hasta que los síntomas mejoren.
Riesgos y posibles complicaciones
Algunos de los riesgos y posibles complicaciones de la terapia dirigida contra el cáncer son:
Su proveedor de atención médica le explicará otros riesgos que se apliquen a su caso.
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